Sus primeros años y la nutrición infantil
Seguir una buena nutrición infantil es de vital importancia para el correcto desarrollo de los niños durante sus primeros años de vida. Son muchos los puntos a tener en cuenta durante su crecimiento, por lo que acudir a un especialista en nutrición puede ayudar a establecer pautas adecuadas en la alimentación infantil . Iniciando con la leche materna, se le deberán introducir alimentos líquidos y sólidos, a medida que les crezcan los dientes y vayan desarrollándose mental y físicamente.
La importancia de la nutrición para niños en Albacete
A diferencia de la nutrición gestacional en Albacete en el que sólo la madre debe llevar una vida y alimentación saludables, durante sus primeros años hay que enseñar a los más pequeños los hábitos de vida saludables que en Albacete ofrecen los profesionales de la salud. Es imprescindible cambiar de manera paulatina la alimentación de los niños a lo largo de los años. Para realizar este proceso, los progenitores deben afianzarles los valores nutricionales adecuados a su edad, con el fin de que mantengan una buena salud durante toda su vida.
La alimentación durante el primer año
Un bebé desde que nace requiere una fuente de alimentación necesaria para fortalecer su sistema inmune y garantizar su correcto desarrollo. La leche materna cumple esta función. Debe ser administrada cada tres o cuatro horas, para que el bebé esté bien hidratado.
La leche materna aporta a los recién nacidos los nutrientes que necesitan. Cuando la madre muestra problemas, no permitiéndole amamantar, siempre puede recurrir al biberón con leche de fórmula, ideal para estos casos.
Aunque se recomienda amamantar durante el primer año, se puede ir introduciendo a partir del cuarto mes otro tipo de alimentos. La fruta presentada en papillas le aportará vitaminas y minerales que necesita. Comenzando con la manzana, la pera y la naranja, por ejemplo. Para después, a partir del sexto mes, hacer que pruebe el plátano, la ciruela y la uva.
En el séptimo mes es el momento de introducirle el cereal, siempre libre de gluten, para evitar reacciones alérgicas. Poco a poco, deberá probar la carne roja, las legumbres, verdura, huevo, etc.
Segundo y tercer año
En este periodo de su vida se le puede enseñar a llevar una comida completa, con primer, segundo plato y postre. Aquí caben todos los alimentos que se incluyen en la dieta mediterránea.
Hay que tener en cuenta que, generalmente, no debe pasar de las 1300 calorías diarias, debiendo ingerir proteínas, un bajo contenido en grasas, además de hidratos de carbono. El objetivo es que su cuerpo tenga la energía suficiente para que juegue y desarrolle adecuadamente su psicomotricidad.
La leche entera es un alimento necesario en esta etapa de su alimentación infantil, al igual que los cereales y la verdura, que deberá acompañar con proteínas.
Desde los cuatro a los seis años
En esta etapa, el bebé ya tiene formados sus órganos y puede digerir sin problemas los alimentos. Mientras que en años anteriores mostraba un crecimiento acelerado, conveniente para su desarrollo, a partir de los cuatro años crecerá de forma más lenta y tendrá que seguir otras pautas de alimentación infantil.
Es el momento de adaptar su alimentación a la energía física que gasta, la cual tiende a acrecentarse debido a que ganan en destreza y movilidad.
Requerirá de 1600 calorías cada jornada, prestando una atención especial a los carbohidratos, que deberán abarcar la mitad de su alimentación diaria.
La leche entera continua siendo un alimento importante, que podrá completarse con la toma de yogures y quesos. Legumbres y hortalizas, además de carne o pescado, no pueden faltar.
Para facilitarle la ingesta de frutas, siempre se le pueden ofrecer zumos naturales, preferiblemente sin colar, para que tomen la fibra que necesitan. Es buen momento para que coman frutos secos.
Cuente con la ayuda de María Teresa Moratalla
Los servicios nutricionales de un especialista son fundamentales para lograr un perfecto desarrollo en los pequeños. La medicina y la nutrición son aspectos muy importantes en el bebé, sobre todo hasta que cumple los seis años.
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